¡Jesús sacia nuestra hambre y sed!
Hay tanta hambre y sed en nuestros corazones y en nuestro mundo. No es solo el hambre y la sed de pan y agua. Es más el hambre y la sed de amor, paz, bondad, justicia, esperanza, fe y confianza. Y todo esto, no importa cómo se mire, es de lo que se trata Dios. Muchas personas carecen de paz y contentamiento en sus corazones. Otros sienten que nunca son suficientes y que nunca tendrán suficiente para sus muchos deseos y necesidades insaciables. Muchos otros se sienten tan poco amados y no dignos de ser amados. Todos estos sentimientos de deficiencia nos empujan a varios lugares donde creemos que podemos encontrar qué o quién saciará nuestra sed y saciará nuestra hambre. Jesús llama la atención a los judíos por buscarlo, no porque lo amen, sino por la comida que les dio el día anterior. Y les dice: «No busquen la comida que comen solo para hoy. Más bien, buscad el alimento que os traiga paz, alegría, fe, esperanza y vida eterna». Y él es ese pan que da la vida real. Al consumir a Jesús en la Eucaristía, entramos en una relación profunda con él. Es esta relación la que nos restaura a nosotros mismos para que podamos comenzar a amarnos a nosotros mismos y a los demás; es esta relación la que nos da el coraje para perdonarnos a nosotros mismos porque hemos sido perdonados muchas veces; es esta relación la que nos da fuerza para amar a aquellos que nos han hecho daño; es esta relación la que permite establecer la paz y la reconciliación con los demás; es esta relación la que sacia nuestra sed de paz y justicia porque no podemos tener una buena relación con Jesús y maltratar a ninguno de los hijos de Dios. Sí, Él es el pan de vida; el que viene a él nunca tendrá hambre y el que cree en él no tendrá sed (Juan 6:35). Es esta Eucaristía la que nos unió a todos nosotros de todas partes y nos formó en una comunidad de San André Bessette, donde nuestro amor y cuidado mutuo debe ser por lo que somos conocidos. ¡Que siempre nos acerquemos a la Eucaristía con tal asombro y adoración, sabiendo que en Él reside todo lo que siempre desearíamos en esta vida y en la próxima! Amén
~Padre Okeke