¡Y todo estará bien!

«Esta noche, todos ustedes caerán por mi culpa, porque está escrito: ‘Golpearé al pastor y las ovejas del rebaño serán esparcidas’. Pero después de mi resurrección, iré delante de ti a Galilea» (Mateo 26:31). Los discípulos se sorprendieron al ver que el que pensaban que tenía todo el poder le era quitado como un criminal. No podían creer lo que veían. Toda su fe y sueños se han estrellado en un abrir y cerrar de ojos. Les había dicho varias veces que iba a sufrir a manos de las autoridades y que sería asesinado (Mc 10,33; Mt 20,18; Lc 24,7). Pero se levantaría de nuevo. Lo escucharon.  Pero como la mayoría de nosotros, entró por un oído y salió por el otro. Y cuando llegó el momento, perdieron toda su fe en su Señor y Maestro y huyeron para salvar sus vidas. Sin embargo, Jesús les había asegurado que todo estaría bien: la luz vencería a las tinieblas (Jn 1:5). ¡Los dolores, el sufrimiento, las bofetadas, las burlas y la muerte que soportó, tenían que ser! Todos ellos condujeron a la luz de la Pascua. Todo estará bien, continuó diciendo a los discípulos. Lo mismo les dice a sus discípulos en cada generación: Todo estará bien. Nuestros dolores, sufrimientos, decepciones y traiciones nunca son en vano. Al final, Dios hace todas las cosas nuevas y hermosas. Sólo tenemos que sostener su mano firmemente, así como Nuestro Señor se aferró firmemente a la mano de Su Padre. Oramos al Cristo resucitado para que no nos deje dejar sus manos o quitar nuestros ojos de él, sabiendo que mientras tomemos sus manos y enfoquemos nuestra mirada en él, todo estará bien, sin importar lo que esté sucediendo en y con nosotros. Que la gracia que viene de la resurrección de Jesús sea sobre cada uno de ustedes ahora y siempre. Amén.  Feliz Pascua a todos.

Padre Cornelius Okeke