Jesús a mi lado

Todo cambia a mi alrededor

Las hojas están cayendo y el viento se ha levantado.

El reloj ha cambiado, ya que los días se acortan y las noches se alargan.

Los niños crecen y se van; y todos envejecen cada día.

Los barrios repletos se abandonan,

como grandes ciudades que se convierten en pueblos fantasmas.

Los cuerpos sanos se ven afectados por enfermedades.

La comodidad pierde la lucha por la inquietud,

¡Los portales seguros se vuelven dudosos!

La incertidumbre y el miedo vencen a la mente,

y los corazones tiemblan ante la impermanencia de las cosas.

Pero Jesús está a mi lado.

Camina conmigo a través de la tormenta.

La única roca sobre la que me encuentro,

Mis hombros están más altos sobre las aguas.

Mi cuerpo puede doler de dolor, pero Él está conmigo,

¡Sosteniendo mis manos con tanta seguridad!

Me mira con ternura,

Porque la vida sin él es temible y sin esperanza.

Día y noche mi corazón reflexiona, ¡porque se deleita en mí!

¡Todo es bueno porque Dios lo hace TODO!

TODOS cambian, pero solo Dios se mantiene.

Jesús calma mis temores y estabiliza mis pasos.

La fe en él es mi fortaleza,

Porque sus promesas nunca fallan.

Siempre fiel, Amor Divino,

Oh Divino Maestro, Rey de mi corazón,

reina en mí, y tómame todo

así que te tengo a ti, y solo a TÚ

ya que todo cambia y vuelve a ti

que son nuestro Señor y Dios.

Sé alabado por los siglos de los siglos. Amén

¿Quién pensaría que el glorioso templo de Jerusalén se derrumbaría y quedaría reducido a la nada? Un templo chapado en oro, cuya gloria era el orgullo de todos los judíos en el país y en el extranjero; un símbolo de la singularidad de Israel en el mundo. Sin embargo, como todo lo demás en el mundo, el templo fue destruido en el año 70 d.C. Jesús vio venir esta destrucción y advirtió a sus discípulos que pronto vendría (Lucas 21: 5-6). La destrucción del templo fue una gran conmoción para las mentes de los israelitas. Sobre ese mismo hecho de la historia, Jesús nos dice a nosotros, sus discípulos, que habrá trastornos, cambios profundos y aterradores y eventos desalentadores. ¡Dice las cosas como son, sin pretender cubrir la realidad con azúcar! Pero en todo lo que pueda suceder, su seguridad no tiene paralelo: «Ni siquiera un solo cabello de tu cabeza, no te sucederá ni un solo cabello de la cabeza, mientras sepas que yo estoy contigo» (Lucas 21:18).

Nunca estás solo en tu viaje de la vida; nunca estás solo en tus situaciones problemáticas porque Jesús está contigo. Su presencia es el estabilizador. Todo puede cambiar, decaer y morir, pero ni siquiera la muerte debe temerse, porque Jesús está más allá de la muerte. Deja que Jesús sea el Señor y Maestro de tu vida y todo tendrá sentido en tu vida. Amén