Solo con amor y cuidado

Siempre me he preguntado por qué era apropiado que Dios nos describiera como su rebaño de ovejas, y a sí mismo como el pastor. Una mirada más cercana a esta metáfora revela una relación entre el poder y la impotencia. Ahora que lo pienso: ¡las ovejas son uno de los animales más estúpidos! Simplemente siguen el carrito sin mirar a la derecha o a la izquierda. Las ovejas tienden a escuchar a su pastor. Pero se distraen fácilmente con cualquier cosa que corran por el objeto de la distracción. Y cuando una oveja se mueve en la dirección del objeto que distrae, el resto lo sigue sin dudarlo, incluso si viene un automóvil. Así de estúpidos pueden ser. Sin embargo, ¡Dios eligió describirnos como ovejas en lugar de como caballos, perros o gatos!

El punto es este: Dios nos entiende muy bien y sabe que a veces podemos ser irreflexivos. Podemos tomar malas decisiones y dejarnos llevar por las emociones de que cometemos grandes errores; Dios sabe que podemos estar tan rígidamente convencidos de algo que puede ser perjudicial o incluso desastroso para los demás y para nosotros mismos. Podemos ponernos en peligro sin pensarlo dos veces. Los padres luchan por esto con sus hijos. Todo esto y más porque somos seres humanos. Podemos pensar y reflexionar, pero eso no significa que lo hagamos todo el tiempo. Como el Buen Pastor, Dios cuida bien de nosotros con amor y cuidado. Se esfuerza por evitar que nos lastimemos a nosotros mismos. E incluso cuando nos hemos lastimado a nosotros mismos y somos heridos por otros o hemos lastimado a otros, Dios trabaja duro para sanarnos de nuestras heridas autoinfligidas. Él trabaja duro para convencernos de que nuestros errores y cuando nos desviamos no nos alejan de su abrazo. Con amor y cuidado nos llama constantemente a sí mismo para que podamos tener una buena vida en abundancia. Al reflexionar sobre esta relación entre el pastor y las ovejas, que te lleve más profundamente a la naturaleza del corazón de Dios: ¡un corazón lleno de amor y cuidado!

~Padre Cornelius Okeke