Tu Tarea Divina

¿No sería maravilloso si todos supieran conscientemente que tienen una tarea divina confiada en el momento de su concepción? Es la verdad, lo sepamos o no. Unos pocos tienen una profunda conciencia de su tarea divina y se centran en ella. Con esa conciencia, viven su vida cotidiana con intención y atención. Y cuando llegan al final de sus vidas, se dan cuenta de que han vivido cada momento plenamente, llevando a cabo la tarea que Dios les ha dado. Si estamos haciendo la tarea que Dios nos ha dado, estamos haciendo la voluntad de Dios, y toca todos los aspectos de nuestras vidas.

Jesús hace una declaración importante: Él está haciendo la obra del Padre; es el Padre quien está haciendo Su obra en y a través de Él. Significa que siempre que estamos llevando a cabo la tarea que Dios nos ha dado, es Dios, el Padre mismo, quien en nosotros está llevando a cabo Sus obras. Y la obra de Dios siempre nos llevará a servir a los demás, a traer sanidad y paz a la vida de las personas. No se trata de nosotros. No es para nuestra gloria. Por el contrario, todo es para la gloria de Nuestro Padre Celestial. A medida que su tiempo en la tierra llegaba a su fin, Jesús dejó claro a sus discípulos, entonces y ahora, que si creemos en él y seguimos nuestras tareas, haremos un trabajo mayor que él. Una vez más, la grandeza del trabajo no proviene de nuestra fuerza o aspiración o sueño, sino de su poder, su presencia en nosotros, dirigiéndonos a llevar a cabo las tareas asignadas. Cumplir con esas tareas es la base de la realización real en la vida.

¿Cuál es tu tarea divina? ¿Cómo llegaste a saber cuál es tu tarea divina? ¿Qué impacto tiene esta tarea en los hijos de Dios? ¿Y te trae paz y plenitud? Pensamientos importantes para la reflexión orante.

~Padre Cornelius Okeke